La vida del pintor y grabador Edvard Munch estuvo marcada por la tristeza, abatida por la enfermedad, las drogas y en un momento por la locura, aseguró la neuróloga y escritora Marcia Castillo en una conferencia que dictó en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU.
Castillo habló sobre “Lucidez, desesperación y locura: Edvard Munch bajo la lupa de la neurociencia”, donde afirmó que el pintor noruego era capaz de “diseccionar” el alma humana en sus obras.
La conferenciante definió a Munch como un pintor de las emociones, expresiones y los sentimientos, afectado por la locura.
En su conferencia, Castillo hizo una radiografía neuro-social de la vida, obra y legado de Edvard Munch, nacido el 12 de diciembre de 1863 en Noruega y fallecido en Oslo, el 23 de enero de 1944.
Aseguró que el cuadro más icónico de Munch, reconocido como el Padre del Expresionismo, fue El Grito, que calificó como una clara representación de la tristeza, la soledad y la locura.
Dijo que el pintor noruego también pintó los cuadros La niña enferma, que es el título dado a un grupo de seis pinturas y numerosas litografías, grabados a punta seca y aguafuertes, y Melancolía, conocida como Jappe en la playa.
La conferenciante es médica internista, neuróloga, egresada del Hospital Salvador B. Gautier, con entrenamiento en párkinson y movimientos anormales en el centro CHU de Guadalupe (Antillas francesas).
Además, ha publicado los libros “Sólo voy por café” (cuentos), “Vasija rota” (poemario) y Manual práctico para cuidadores.
La conferencia de Castillo se llevó a cabo en la Sala Aida Cartagena Portalatín, el pasado lunes 20 de junio, de forma presencial y virtual, actividad que contó con la presencia del director de la BNPHU, el escritor y periodista Rafael Peralta Romero.