SANTO DOMINGO.- La acumulación de basura y las enfermedades infecto-contagiosas que surgen como consecuencia de la misma, ya son un problema del pasado en los populosos sectores de Capotillo y Ensanche Espaillat, desde que la organización sin fines de lucro Entidad de Saneamiento Comunitario (Escoba) asumió la recolección de los residuos sólidos en estos barrios.
Escoba lleva 16 años realizando una labor titánica en estas comunidades, donde cada mañana salen 10 brigadas a realizar el barrido y la recolección de los residuos sólidos, no solo calle por calle, sino callejón por callejón, pues el 80% de los residentes de estos dos sectores habitan en estrechos callejones y en las riberas de los ríos Isabela y Ozama, donde solo se puede accesar a pie y “con el deseo de aportar soluciones a la medida de nuestra comunidad”, relató Arístides Reyes, director ejecutivo de la Fundación Escoba.
Reyes expuso que desde el año 2006, Escoba tiene un acuerdo con la Alcaldía del Distrito Nacional en base al cual reciben una compensación por cada tonelada de basura que entregan en una estación de transferencia con los 6 camiones recolectores de su propiedad.
Destacó el impacto positivo del trabajo que realizan.
“Nosotros tenemos 6 camiones que realizan las labores de recolección de desechos sólidos todos los días y que comienzan temprano en las mañanas. Antes de salir los camiones, tenemos 5 brigadas en Capotillo, 5 brigadas en el Ensanche Espaillat y una brigada en el río Isabela que se encargan del barrido de los desechos sólidos y entonces los camiones nuestros los recogen”, explicó.
Puntualizó que tienen una brigada fija en el túnel que llega hasta la ribera del río Isabela que recoge todos los desechos sólidos que bajan hasta allá para evitar la contaminación de sus aguas.
Señaló que además del barrido y la recogida de basura, realizan acciones de bien social, tales como la construcción de badenes, la limpieza de imbornales y el desarrollo de un amplio programa de formación dirigido a jóvenes, y sobre todo a mujeres, pues la visión de la Fundación Escoba es que los beneficios que deje la actividad económica se inviertan en la comunidad.
Actualmente, la Escuela de Promoción y Educación de la Fundación Escoba tiene alrededor de 250 jóvenes que están haciendo diversos cursos, tales como: uñas acrílicas, peluquería, barbería, tapicería, belleza y maquillaje.
“Pero nosotros también tenemos 78 trabajadores que son todos de aquí del barrio Capotillo. ¿Pero cuál es la otra oportunidad que nosotros hemos dado? Que muchos de esos jóvenes antes se dedicaban a delinquir y nosotros de una u otra manera lo hemos atraído a nuestra institución y lo tenemos trabajando. Lo hemos sacado del medio.
Además, esa actividad de educación, promoción, lo que está haciendo es que muchas de esas jóvenes que antes vendían su cuerpo, que antes no tenían la posibilidad de conseguir dos o tres pesos, ahora se lo ganan haciendo un trabajo, poniendo un pequeño taller. Y de una u otra manera, nosotros aportamos a la comunidad”, expresó el director ejecutivo de la Fundación Escoba.
A través de este programa social de formación ya se han graduado más de 2,200 jóvenes y adolescentes, de los cuales 900 ya tienen su propio negocio y viven de eso; 630 trabajan en plazas comerciales y unos 210 laboran a domicilio.
Arístides Reyes afirmó que parte del problema social que existe en los barrios es consecuencia de la falta de oportunidades a la juventud y por eso, la Fundación Escoba, aunque esa no sea su razón fundamental, sino de recolección de desechos sólidos, también procura impactar positivamente de esa manera en la comunidad.
Sostuvo que, además, la Fundación Escoba lleva 16 años contribuyendo a disminuir las enfermedades infecto-contagiosas “porque en la medida en que recolectamos los desechos sólidos, evitamos que la contaminación y las enfermedades lleguen a la familia, sobre todo a los más vulnerables, los niños y los envejecientes”.
Afirmó que hace muchos años en estos barrios tienen bajas estadísticas de incidencia de enfermedades infecto-contagiosas y entiende que eso se debe a que no hay acumulación de basura y al amplio programa de fumigación que llevan años realizando, pues todos los días sale un equipo a fumigar.
“Este es uno de los barrios donde no existe, como en otros sectores y como en el pasado, la gran cantidad de enfermos por enfermedad infecto-contagiosa, es decir aquí el dengue desapareció por completo. Cuando vino el dengue al país, en el barrio ni siquiera se sintió. Y la leptospirosis eso no existe aquí en el barrio por la labor que hacemos con relación a la fumigación, con eso disminuimos la cantidad de ratas en nuestra comunidad.
Entonces decimos que la gran labor que hacemos es para evitar que la gente muera de enfermedades que puedan ser solucionadas y se puedan evitar”, expresó.
Anunció que próximamente aspiran a convertir un edificio con el que cuentan en un centro de salud comunitaria que beneficie a los residentes en ambos sectores e incluso de las zonas aledañas.