México.- Médicos y enfermeras de un hospital en México practicaron una cesárea a una joven de 19 años alumbrados con las linternas del móvil. Una actuación que acabó con el recién nacido con parte de una oreja mutilada, según informa el diario Reforma.
El bebé, de 8 días, se encuentra en estado delicado después de que los médicos le cortaran parte de la oreja y de un hemangioma en la misma zona. La familia teme que pueda perder la audición en ese oído.
La abuela del pequeño, cuenta al medio, como el cirujano que intervino en la cesárea eludió su responsabilidad, alegando que él no había tenido nada que ver con el incidente de la oreja y abandonó el quirófano antes de que terminaran de coser.
Mientras, otro médico, distinto al que atendió el parto, se ofreció a intentar reconstruirle la oreja al bebé sin éxito, pues esta intervención suponía un aumento de treinta mil pesos (1.396,41 euros) en el coste de la intervención.
Sin alumbramiento
La cesárea de Karla Araceli estaba programada para el 6 de junio a las 11:00 horas en el hospital privado Clínica Internacional de Especialidades en Mexicali, sin embargo, la clínica, sufrió un apagón durante 26 minutos y los médicos retrasaron la intervención hasta las 12:40 horas, cuando anestesiaron a la mujer. El cirujano encargado del parto le dijo a la mujer que a pesar de que se había ido la luz, seguirían adelante con la cesárea porque ella ya estaba anestesiada.
La mujer insistió en posponer el parto, “no me quiero operar así, no me quiero morir”, pero el médico hizo caso omiso y continuó la operación, alumbrado con las linternas del móvil. Cuando el padre del bebé preguntó por la situación, el médico aseguró que disponían de una subestación de energía en el quirófano.
Al cortar la oreja izquierda, cercenaron parte de un hemangioma, que es un tumor vascular benigno, que suele desaparecer espontáneamente.
Ante esta situación, la familia ha interpuesto una denuncia por los delitos de responsabilidad médica y técnica.