Su hija de 16 años murió después de que se le negara un aborto: «Es indignante que su historia se repita»

Santo Domingo.-Rosa Hernández sigue alzando su voz por la memoria de su hija. Pese a que ha transcurrido una década, no olvida cómo el personal médico decidió priorizar el cuidado de su embarazo por sobre la vida de la niña. Rosaura ‘Esperancita’ Almonte Hernández falleció el 17 de agosto de 2012 después de que se le negara el tratamiento que requería para contrarrestar su cáncer, en un país donde el acceso al aborto está prohibido por completo.

Se trata de un caso emblemático que está siendo analizado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que se ha convertido en una bandera en el pedido para que el Código Penal de República Dominicana incluya al menos tres causales u excepciones para el derecho al aborto: en casos de violación o incesto, en casos de inviabilidad fetal, y cuando el embarazo pone en riesgo la salud o la vida de la madre, como en el caso de ‘Esperancita’.

Bajo la consigna ‘La ley dominicana le causó la muerte’, Rosa Hernández aprovechó el aniversario para protestar ante el Congreso Nacional junto a otras organizaciones y colectivos que denuncian el peligro de que se prohíba el aborto en cualquier circunstancia y piden al presidente, Luis Abinader, que cumpla su palabra de apoyar un proyecto de Código Penal que garantice el acceso al menos en estos casos excepcionales.

“Prohibir el aborto no salva vidas, solo causa la muerte de mujeres y un gran dolor en familias como las nuestras que aún lloramos por sus muertes completamente evitables. Hemos vivido la injusticia en carne propia y no queremos que más familias pasen por esta misma situación», explicó Hernández, quien entregó una misiva a una comisión de diputados, junto a los familiares de otras jóvenes que han fallecido en circunstancias parecidas.

Además de sumarse a las voces que actualmente piden un Código Penal moderno que proteja los derechos de quienes se embarazan, Rosa Hernández sigue buscando que la Justicia dominicana aclare los hechos que rodearon la muerte de su hija, sancione a los responsables y se adopten los cambios estructurales necesarios para evitar que situaciones como la de su hija se repitan.

La defensa de Rosa Hernández, representada por Women’s Link Worlwide, aseguró en un comunicado de prensa que tras nueve años de haber instaurado los procesos judiciales «es posible afirmar que el caso permanece impune, pues solo ha habido un avance tardío y parcial en uno de los procesos. Por la falta de justicia y celeridad en República Dominicana, el caso de ‘Esperancita’ fue llevado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2017, escenario en el que ya se cumplieron todas las etapas procesales y está listo para ser decidido».

¿Qué le ocurrió a la adolescente?

«El 2 de julio de 2012 fue internada en un hospital de Santo Domingo en donde le diagnosticaron leucemia. Fui lo suficientemente ingenua como para creer que estaba en buenas manos y que, con la quimioterapia oportuna, la atención adecuada, el amor y el apoyo, tendría la oportunidad de sobrevivir», recuerda la madre, Rosa Hernández.

«Pronto me daría cuenta de que mi mayor dolor al corazón no provendría de que ella padeciera una enfermedad potencialmente mortal, sino de las leyes que ignoraron por completo el valor de su vida», escribió en un artículo de opinión.

«En el momento de su diagnóstico, se descubrió que tenía unas pocas semanas de embarazo. Estaba claro que si recibía el tratamiento que necesitaba para salvarle la vida, su feto no sería viable», continúa. En su opinión, para cualquier doctor que respetara el estándar ético, la opción habría sido incuestionable: «Mi hija debería haber recibido su tratamiento, así eso significara perder un embarazo temprano. Después de todo, solo tenía 16 años, una joven con toda su vida por delante que probablemente habría decidido convertirse en madre cuando fuera el momento adecuado, y estaría lo suficientemente saludable como para llevar un embarazo. Nunca podré verla hacer eso ahora. Así no es como termina nuestra historia».

Los años han pasado, pero Hernández sigue muy afectada por lo ocurrido y recuerda sin cesar lo que denomina como «los peores días» de su vida. «Pasaron 20 días del sufrimiento de mi hija para que debatieran si lo correcto era priorizar su corazón palpitante sobre un feto que no iba a ser viable bajo ninguna circunstancia. Pero la crueldad prevaleció».

Finalmente, ‘Esperancita’ murió como consecuencia de un shock hipovolémico, una afección de emergencia causada por una pérdida severa de sangre que hace que el corazón no pueda bombear toda la que el cuerpo necesita.

«El caso de mi hija se replicará en EE.UU.»
Los 10 años de su muerte se cumplen días después de que la Corte Suprema de Estados Unidos decidiera anular Roe v. Wade, lo que ya ha reducido el acceso a la salud en aquellos estados que decidieron prohibir los abortos seguros tan pronto se conociera la decisión.

«Cuando me enteré de la caída de Roe en Estados Unidos, mi corazón se hundió. Estoy devastada por el dolor innecesario que causará esta decisión. Temo que el caso de mi hija pronto se replicará en EE.UU. Hace solo unas semanas, una mujer que buscaba un aborto antes de su tratamiento contra el cáncer fue rechazada en Ohio. Nada debe interponerse en el camino para que una persona con cáncer obtenga la atención médica necesaria. Si la experiencia de mi hija me enseñó algo, es que este mismo principio debe extenderse a todos los servicios de salud, incluido el aborto. Legislar el sistema de salud tiene efectos dominó que causarán dolor y sufrimiento inimaginables y completamente innecesarios», continúa la madre Rosa Hernández.

«Esto no es un accidente. Estas leyes están escritas para discriminar a personas como yo y mi querida hija fallecida, personas que no tienen el dinero o el privilegio de viajar a otro lugar para un aborto privado y seguro», culmina la mujer.

Telemundo

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