La provincia Sánchez Ramírez, ubicada en el centro de República Dominicana, es reconocida por su potencial agrícola, minero y turístico. En los últimos 15 años ha experimentado un crecimiento económico que la posiciona entre las más dinámicas de República Dominicana.
Datos de la Superintendencia de Bancos (SB) establecen que en la provincia hay 24 instituciones de intermediación financiera e igual número de cajeros automáticos, 70 subagentes bancarios, captaciones o ahorros que superan los RD$11,500 millones y créditos per cápita sobre los RD$73,000.
Este dinamismo tiene una explicación: la explotación minera que lidera la Barrick Pueblo Viejo, según empresarios cotuisanos consultados por elDinero. Para Fabio de León Sánchez, Bladanlly Carrasco y Lorenzo Castillo Batista, la economía de Sánchez Ramírez tiene un antes y un después desde que la multinacional llegó a la zona.
De León Sánchez (Fabito) lidera a Ferretería Carolina, en Cotuí, provincia Sánchez Ramírez. Su vida se ha desarrollado en los negocios bajo la sombrilla de la experiencia de su padre, Fabio de León Lizardo, quien compartía con Lucilo Palmero, quien fue un pionero en los negocios en la zona.
Aunque hoy su negocio es un referente en la provincia y la región, explica que comenzó en medio de dificultades propias de la época y por carecer del capital suficiente. Agradece al buen nombre de su padre la oportunidad de recibir en crédito el resto de la mercancía que necesitó para surtir el negocio, ya que apenas contaba con RD$250,000.
“Yo puedo decir que esta ferretería es fruto del esfuerzo de muchos años junto con colaboradores que son especiales. Tengo que agradecer a mucha gente lo que hemos logrado en esta empresa, sin quienes hubiera sido imposible alcanzar los objetivos que hoy podemos mostrar. Somos fruto del trabajo en equipo y el apoyo de la familia”, explicó.
Fabito, como le dice todo el mundo en Cotuí, estudió mercadeo en Santo Domingo y su padre, para que comenzara a adquirir experiencia, le buscó empleo con sus amigos en las ferreterías más importantes de la capital. Es de opinión de que eso le ayudó muchísimo en su visión de instalar en su provincia una ferretería con los estándares de servicios que muestra su empresa. Como anécdota, cuenta que su padre construyó el local en que hoy está la empresa y dejó un espacio tan amplio para parqueos en el frente, que las personas criticaban esa decisión, ya que consideraban eso como un desperdicio.
Carrasco lidera, junto a su esposo Rubén Valdez, a María Yobón Hostal, una marca que se ha convertido en un símbolo en la provincia Sánchez Ramírez. Cuenta que sus inicios fueron extremadamente difíciles, principalmente porque ese tipo de establecimiento de hospedaje, con los estándares que ofrecen a sus clientes, no existía en esa zona. El único combustible que los movió fue la fe en que todo saldría bien.
Según explica, en principio eran apenas tres colaboradores, incluyéndolos, razón por la que debían dividirse las tareas para sostener el hostal.
“Llegabas la recepción que podía ser la mía o la de mi esposo, luego ibas al restaurante y quien te tomaba la orden también era uno de nosotros, pero igual si mirabas a la cocina también ahí estaba uno de nosotros. Es algo que nos marca mucho y nos hace tener muy clara de cuál es la visión del servicio que queremos brindar”, expresa.
Los años han demostrado que ella y su esposo tenían razón. María Yobón Hostal ha alcanzado los más altos reconocimientos como marca local y regional. Hoy cuenta con 32 colaboradores. Su nombre hace homenaje a la bisabuela de Carrasco, quien está señalada como la primera persona que inició el servicio de hospedaje con un pequeño lugar (pensión) donde se quedaban los visitantes de finales del siglo XIX y principios del XX.
Explica que en el hostal decidieron integrar la alimentación con el servicio de catering que ofrecen porque fue alto que a la precursora del hospedaje en la provincia siempre le gustó y ofreció a sus huéspedes.
“Esta es una empresa dedicada a los servicios de hotelería. Ya llevamos aproximadamente 9 años dando este tipo de servicio. Es un espacio de hospedaje de calidad, enfocado en un ambiente muy familiar y dirigido a todo tipo de público. Ponemos aquí la esencia de lo que somos como pueblo siempre para satisfacer a nuestros clientes”, afirmó.
Una de las metas de Yobón, explica Carrasco, es que cuando las personas lleguen a Cotuí encuentren un sitio acogedor, seguro, tranquilo y con la más alta calidad para quedarse a descansar.
“Este proyecto nació en base a la experiencia que adquirimos en Punta Cana. Mi esposo y yo iniciamos con mucho esfuerzo y sacrificio, enfrentando diversas limitaciones por la zona donde estamos ubicados. Ahora Cotuí no es el Cotuí que era cuando iniciamos. Nos sentimos muy bien con ser partícipes del avance que ha logrado esta provincia”, explicó.
Su crecimiento y posicionamiento en la provincia, por supuesto, lo agradecen al apoyo que les ha dado la minera Barrick Pueblo Viejo, empresa con la que tuvieron un proyecto de dos años que les dio el poder o capacidad para manejar 150 empleados.
“Esto nos catapultó como empresa, nos dieron estándares y nos ayudaron a trabajar con calidad, a fin de que nos enfocáramos en lo que es la seguridad de nuestros colabores y del entorno. Todo esto ha sido posible gracias a esa relación comercial que estos aliados que podemos decir que es Barrick Pueblo Viejo”, sostiene.
Castillo Batista (Lencho) tiene el trabajo marcado en su trayectoria. Ha sabido ser útil a su familia y a la sociedad desde que tiene uso de razón. Le satisface ser el padre que sus hijos respetan y ven como un referente para las próximas generaciones de la familia.
Castillo Batista entró a trabajar subcontratado a Barrick Pueblo Viejo en 2008 y a partir de ahí, narra, su vida y la de su familia cambió para bien.
“Desde muchachito brego con el transporte. Antes era camionero. Anduve el país entero trabajando en camiones. Así crie a mis hijos y los enseñé a trabajar. Sólo he sabido trabajar”, según explica Castillo Batista, quien luego de tantos años de trabajar en el transporte formalizó su empresa en 2010 para ofrecer servicios a la minera Barrick Pueblo Viejo.
Cuando se inició en la empresa, en 2008, apenas tenía su vehículo personal, el cual lo utilizaba para el trabajo. Hoy, sin embargo, posee 16 unidades que ofrecen el servicio a la minera. Su nómina está compuesta por 15 colaboradores, algunos de los cuales son miembros de su familia.
Castillo Batista entró a trabajar subcontratado a Barrick Pueblo Viejo en 2008 y a partir de ahí, narra, su vida y la de su familia cambió para bien. “Esta empresa y parqueo que tenemos aquí salió del trabajo de la mina y las unidades que tenemos también le ofrecen un servicio a la minera”, explicó.
Don Lecho, como popularmente le llaman en Cotuí, asegura que su mejor estrategia para crecer en los negocios es ofrecer el mejor servicio, ya que “esa es mi forma y hacer sentir al cliente de la mejor manera posible”. Sostiene que luego que llegó a Barrick Pueblo Viejo su vida es totalmente diferente.
Como líder de la empresa de transporte, considera que el pasajero jamás debe esperar. Se identifica plenamente con los conceptos de puntualidad, seguridad y servicio de calidad, pues sin esos ingredientes, sostiene, ningún emprendimiento tiene éxito.
“Esto es lo que nos ha ayudado. Barrick nos enseñó a trabajar con garantía y con programas de mejoría continuamente. Es una empresa internacional y ellos son celosos con la calidad”, afirmó, al tiempo de destacar que, si la minera no hubiera llegado a la provincia Sánchez Ramírez, no se sabría cómo estuviera su economía. Aseguró que como empresario también se está preparando para seguir adelante una vez terminen las operaciones mineras en la provincia.
Fuente; https://eldinero.com.do/