Por Ruben Franco
Cebolla News.- A partir del estancamiento de la educación dominicana los gobiernos han intentado correctivos que no rinden sus frutos y que desconciertan a gobernantes y gobernados.
Acciones que iniciaron con una revisión y actualización curricular del 2011 al 2015, el destino de 4% del PIB a partir del presupuesto de 2013, Pacto Educativo en 2014, programa de 20 mil docentes de excelencia desde 2014, evaluaciones diagnósticas para los aprendizajes en el 2017 donde el país quedó atrás del último al igual que en las pruebas PISA.
Agravado esto con una evaluación de desempeño docente en 2017 en el que el 73% del total de los docentes del sistema quedó entre mejorable y básico, amplio programa de construcción de infraestructuras escolares, iniciativas de formación, capacitación con inversión millonaria y otros tantos esfuerzos.
Esta semana surgen dos elementos a los que les damos una mirada y uno de ellos es las declaraciones del presidente de EDUCA, Samuel Conde, con una verdad del tamaño de El Pico Duarte relativo a que a siete años del pacto educativo y de la inversión del 4% en educación los aprendizajes no mejoran, aludiendo la historia bíblica de las siete vacas gordas y las siete vacas flacas para ilustrar la gran inversión económica y los flacos aprendizajes logrados.
La respuesta señores de EDUCA es simple, no pueden mejorar los aprendizajes cuando se trabaja de espaldas al enfoque curricular vigente; dicho enfoque curricular centrado en desarrollar unos aprendizajes claramente descritos en los indicadores de logro de las competencias y que en la práctica los docentes siguen trabajando para el dominio de contenidos.
Los docentes enseñando contenidos y el sistema evaluando aprendizajes, estamos enseñando de espalda a los aprendizajes diseñados.
El otro elemento que de forma directa está relacionado con el elemento anterior es el cierre de la carrera de educación en las universidades dominicanas, paradójicamente apoyado por la Asociación Dominicana de Universidades (ADOU).
Decimos paradójicamente porque en el año 2015 con la resolución 09-2015 MESCYT prohibió la entrada de nuevos estudiantes de educación y establecía un filtro para entrar a esta, además de permitirlo solo a algunas universidades, en ese momento estas instituciones educativas se quejaron por la medida pero algunas hicieron los ajustes a la luz de la citada resolución y con el filtro impuesto de las pruebas POMA y PAA intentaron matricular al amparo del programa oficial que buscaba 20 mil docentes de excelencia para insertarlos en el sistema educativo.
Tras seis años de implantación de estos ajustes los resultados han sido desastrosos porque han intentado entrar más de 105 mil aspirantes, pero solo unos 5 mil han logrado pasar las pruebas antes mencionadas y de ellos solo se han logrado graduar 370.
Para las universidades, sin dudas esto no es negocio y tienen la carrera de educación casi desierta, de forma que se hace necesario la revisión de los requisitos para entrar, lo que equivale a ajustar la vara de medida a lo que los aspirantes estén en condiciones de hacer, cuando debe ser inverso, que los aspirantes se pongan a la altura de la vara de medida.
El Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología ha cerrado la carrera hasta que se revise la resolución que establece el filtro y las universidades han planteado otra verdad mayúscula, que las autoridades de un momento a otro decidieron establecer unos parámetros y para estos no se había formado a los aspirantes, en otras palabras, la educación pre universitaria no ha estado desarrollando bachilleres en función de las competencias necesarias, por lo que es injusto buscar en ellos lo que no se les ha dado.
Se hace obligatorio que se comience a aplicar el currículo por competencias desde nivel inicial para formar estudiantes capaces de aprobar estas pruebas, que se desarrollen los aprendizajes descritos en los indicadores de logro a calificar en el orden que están diseñados, a fin de que los estudiantes hagan las conexiones neuronales necesarias para su movilidad cognitiva y egresar bachilleres con las competencias diseñadas para ellos.
Pero esto debe iniciar desde los primeros grados y seguir el proceso sistemático establecido, de lo contrario seguiremos destinando un saco de dinero, abriendo y cerrando la carrera, quejándonos de los resultados o inventando recetas, pidiendo ayuda a los organismos internacionales y los aprendizajes no mejorarán porque sencillamente, estamos poniendo los bueyes detrás de la carreta.
Por: Rubén Franco
Periodista, Profesor